Como una tormenta que entra en un patio de colegio que arruina todo lo feliz que eran lo niños con cuatro gotas y consigue nublar todo lo que se veía a todo color, y con cuatro gotas consigue ponerlo en blanco y negro. Todo en mi cabeza ocurre y se soluciona al día siguiente , como la solución de un informático apagar equipo y reiniciar.
No es por fardar soy capaz de ver el mal tiempo con la misma cara de ver una comedia, le saco el lado bueno, sonrío y aun así sigo sintiendo, pensado que coño hago haciendo esto si nunca fui capaz de hacerlo por nadie. Como un reloj roto en el suelo que sigue funcionando a pesar de las adversidades sigue sonando como el primer día, adversidades propia nada ajeno, ese reloj se cayo por que sonó y no tenia espacio en la mesita.
Una bicicleta oxidada por el paso de los años, oxidada que chirría como quejándose del esfuerzo que supone tenerte encima y darte velocidad de movimiento y capacidad de desplazamiento hacia un lugar determinado, obligada para que al final la sustituyas por una mejor.
Este texto no quiere decir nada solo quiere decir que quiero decidir lo que digo y definir lo que quiero, que es quererte en este texto complicado de asimilar y de pensar, incapaz de continuar con palabras seguidas y un par de frases inacabadas y la final eso es mi filosofía ser lo mas incoherente posible porque eso es lo que le da fuerza a la vida y esa chispa que muchos buscan que todos quieren sentir y la cual poco a poco desaparece, poco sabes de esa chispa que al final es la gran desconocida, ese sabor que pocos han conseguido tener entre sus labios que sientes profundo y lento, caliente y extremo.
Yo no entiendo de nuevas formas de expresarse, pero esta es mi forma de ver lo que siento lo que veo que tengo ganas de escribir y no parar, demostrar que soy capaz de trasmitir mis pensamientos a tu cabeza y asi comprenderme.
Jamas leo lo que escribo porque considero que tal como sale de mi cerebro a través de mis manos soy totalmente racional. Aun así quiero pedir perdón si no se me entiende.
Gracias por leerme,
Mario
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