Vistas de página en total

lunes, 23 de noviembre de 2015

Led rosa parpadeante

Estaba perdido  y te encontré, encontré la música entre tanto ruido, encontré ese tesoro de repente y donde menos lo esperaba. Vuelvo a respirar gracias a ti, vuelvo a ser completamente feliz, vuelvo a sonreír con tan solo recordarte, vuelvo a besarte, vuelvo a tu lado como sea y cuando sea.

Un día entró la suerte, la vi, ella me vio y me dijo hoy vengo a por ti. Suerte de habernos encontrado, suerte de haber hablando, suerte de sentir esto, que es nuestro y que no habrá nada que lo cambie.


Donde las miradas tienen ganas, donde los labios se muerden, donde los abrazos al aire buscándote, donde los mimos y los arrullos nunca acaban, donde las miradas de reojo nos vigilan y donde esos guiños nunca acaban, donde esos labios jamas se despegan de los míos, donde los dos dormimos juntos y donde el sol calienta, donde el viento no empuja, donde la lluvia no moja y donde mis pelos se erizan, donde mi corazón se acelera y late sin ritmo, donde mi respiración se acelera y donde mi pupilas se dilatan, donde las caricias nunca acaban, donde nuestro sabor jamas desaparece, en definitiva, donde tu estés.


Romper barreras cada día, fundir la nieve al paso de mis pies, sin sentir de frío  ni de hambre o sed, vivo de la alegría que me provocas,  que respiro de tu boca, que como de tus labios y que bebo de tus palabras, que mi corazón late al mismo ritmo que el tuyo y que caminamos juntos por el mismo camino, que si te caes yo me agacho a levantarme y que si corres yo te sigo, que si paras yo espero y que si te subes encima mio yo disfruto llevándote.


Que estoy perdidamente enamorado de ti y no me cansaré de decírtelo.

Te quiero.

Gracias por leerme,

Mario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario