Y aquí estamos en un día de verano, hacia sol, tanto que dolían los ojos. Se puso sus gafas de sol y salió a la calle, sin camiseta, se sentía poderoso mostrando su torso escultural al aire. Sonreía porque el sentía que era especial, "El chico" que todas querían, andaba con un paso lento bajándose las gafas cada vez que pasaba una chica guapa, de su misma forma de ser. Llegó a su trabajo, lo odiaba con su alma, pero eso era lo único que tenia para poder sobrevivir y pagarse la vida de vividor que llevaba. Pasaban las horas trabajando y el no sentía remordimiento de lo que hacia con su vida fuera del trabajo que tenia de tatuador. Pronto sentirá como su vida se desmorona y se resquebrajan sus esquemas de forma de vivir.
En ese mismo momento el chico, seguía atrapado en el ordenador, jamás tomaba el sol, jamás sentía necesidad de moverse, no engordaba, quería vivir solamente enfrente de su ordenador. Extrañamente ese día se sentía especialmente desmotivado, decidió salir a la calle por primera vez en esa semana. Salio del portal, bastante estrecho y antiguo, y acto seguido se quedo mirando extrañado a una ventana de un color muy blanco.
Una ventana que desentonaba del color habitual de la calle, un color blanco sobre un color gris y verde, oscuro, en medio un par de ojos verdes. Él de repente saco un cigarro y empezó a aspirarlo tan rápido como pudo. Realmente se puso nervioso así que decidió marcharse a su destino habitual cuando no quería pensar en nada, la playa. Andaba por la calle y la gente lo miraba, era diferente, raro y sobretodo le rodeaba un aire interesante.
Allí por donde andaba la gente se giraba a admirar sus músculos al aire, realmente era admirable el trabajo que llevaba detrás, el lo sabia y sonreía. Iba decidido a casa de ella, a quererla como ella se merecía, por que el realmente si la quería pero no de la forma que ella quería y necesitaba.
Ella no sabia nada, simplemente se quedo mirando por la ventana desde que vio a ese chico misterioso que jamas había visto en su calle. ¿Como era posible?, ¿ Si era la "dueña" de esa calle?, ¿Todos se conocía, todos sabían los trapos sucios de todos y de repente había alguien que no encajaba?. Muy raro y sobretodo curioso.
Gracias por leerme,
Mario.
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